La facultad de crear
- Roxana Ubeid
- 30 dic 2015
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 8 may

La facultad de crear nunca se nos da sola. Va acompañada del don de la observación. El verdadero creador se reconoce en que encuentra siempre en derredor, en las cosas más comunes y humildes, elementos dignos de ser notados. No necesita un paisaje bonito; no precisa tampoco rodearse de objetos raros o preciosos. No tiene necesidad de correr a la búsqueda del descubrimiento, porque lo tiene siempre al alcance de la mano. Le bastará echar una mirada alrededor.
Lo conocido, lo que está en todas partes, es lo que solicita su atención. El menor accidente lo retiene y dirige su operación. Si el dedo resbala, lo notará, y oportunamente sacará provecho de este imprevisto que le ha sido revelado por un error.