No es lo mismo irse que huir.
- Roxana Ubeid
- 8 may
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Actualizado: 17 jun
Irse es escuchar el llamado del alma que, como brisa suave, susurra caminos nuevos, mientras que huir es cerrar los ojos al presente, dejar atrás no solo el lugar, sino también la conciencia. Quien se va lleva consigo la semilla de su destino, dispuesto a sembrarla en tierra fértil de sentido; el que huye, en cambio, arranca de raíz su centro, escapando del dolor sin mirar su rostro. Irse es un acto solar, donde la voluntad se alía con el pensar y el sentir sereno; huir es lunar, sombrío, impulsado por fuerzas que aún no ha integrado. Así, el camino no se mide por los pasos, sino por la claridad y la honestidad con que se dan.
