¿Qué puede haber tan cotidiano como una nube o un árbol? Quizás por esa razón el árbol-nube de Madoz se acomode al ojo sin estridencias, incluso con mayor comodidad que una nube o un árbol por separado. Una hoja seca, una gota de agua, un aeroplano o un escritorio manuscrito, el suelo, el cielo, son imágenes y también rincones multiplicados por la rutina, que la firma visual del fotógrafo rescata para hacer pensar.
Para este hombre, "la foto está más próxima de la poesía que de la prosa; la prosa está más cerca de la narración y la foto está más cerca de la brevedad y de la idea de contar algo con el menor número de elementos posibles".